Cada día son más las organizaciones que optan por implantar sistemas de gestión que les ayuden a mejorar la eficacia en sus procedimientos y los sitúen en una posición privilegiada en el mercado global. Este mercado tiene en cuenta factores como la tecnología, calidad o el medio ambiente, para intentar satisfacer la tendencia de exigir a proveedores y ofrecer a clientes una garantía fiable de buena gestión ambiental que asegure el desarrollo sostenible.

Cuando hablamos de desarrollo sostenible, tenemos que hablar de medio ambiente. Y es que las organizaciones, independientemente de su actividad, tamaño o ubicación, deben cumplir un número de exigencias ambientales impuestas por la administración, los clientes y la sociedad para asegurarlo.

Un Sistema Gestión Ambiental (SGA) propone una sistemática que ayuda a las organizaciones a gestionar y mejorar su labor ambiental, y a asegurar que se cumple con las responsabilidades medioambientales. Este sistema se encarga de desarrollar, implantar, revisar y mantener al día los compromisos en materia de protección ambiental en toda la estructura de la organización.

Las ventajas de su implantación son varias:
– permite conocer la legislación medioambiental y ayuda a su cumplimiento,
– llevar un control eficiente de los recursos, consiguiendo un ahorro en el consumo de agua, energía y demás materias primas, mejorando la eficacia de los procesos productivos, y reduciendo la cantidad de residuos generados,
– reduce el riesgo de accidentes medioambientales,
– permite tomar medidas correctores en caso de fallos en el sistema,
– mejora la calidad de los servicios prestados y eficacia en el desarrollo de sus actividades gracias a la definición y documentación de procedimientos e instrucciones de trabajo,
– el compromiso con el medio ambiente mejora la imagen ante la sociedad y los consumidores, además de motivar a los trabajadores,
– sitúa a la empresa en un puesto ventajoso frente a competidores en el mercado,
– fomenta la relación con la administración local, accediendo a ayudas y subvenciones públicas.

Existe dos herramientas para implantar un SGA e integrar el medio ambiente en la gestión global de la empresa: la norma internacional ISO 14001 y reglamento europeo EMAS.

Norma UNE-EN ISO 14001 (International Organization for Standardization)

Esta norma parte de una serie de normas internacionales de gestión ambiental aplicables a cualquier tipo de organización (ISO 14000), y es el eje central de la certificación ambiental.

ISO 14001 facilita a las empresas metodologías simples para la implantación de un SGA, especificando los requisitos más importantes para identificar y controlar los aspectos ambientales de la organización. Mediante este método se sistematizan los aspectos ambientales generados por las actividades de la organización, promoviendo la protección ambiental y la prevención de la contaminación desde un punto de vista de equilibrio con los aspectos socioeconómicos.

El implantar el SGA bajo esta norma, supone una certificación de reconocimiento internacional que diferencia a la organización y contribuye a mejorar su imagen comunicando su compromiso con el medio ambiente.

Reglamento EMAS (Eco-Management and Audit Scheme)

El objetivo de este reglamento europeo es promover la mejora continua del comportamiento medioambiental de las organizaciones mediante la implantación de un SGA, la evaluación sistemática, objetiva y periódica de su funcionamiento y la difusión de la información sobre el comportamiento medioambiental de la organización.

Además de incluir y exigir el cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos de la norma ISO 14001, EMAS es más exigente ya que contiene requisitos adicionales:
– análisis medioambiental inicial,
– dialogo abierto con el público y partes interesadas,
– implicación de los trabajadores en el proceso de mejora continua,
– declaración medioambiental anual o bienal, documento público que sirva como instrumento de comunicación de su información ambiental.

A parte de las ventajas que ya supone la implantación de un SGA según ISO 14001, las empresas que se adhieran a este esquema europeo obtienen una serie de beneficios al existir un registro público de las empresas adheridas a EMAS, incrementado las posibilidades de negocio en el ámbito comunitario.

Referencias:

Aenor. EMAS: más allá de ISO 14000

Aenor. El eje central de la gestión ambiental

Cámara de Zaragoza: principales ventajas de implantar un sistema de gestión ambiental

Cámara de Zaragoza: diferencias entre ISO 14000 y EMAS