Fotografía: Imani on Unsplash

En España el agua del grifo es una de las más baratas de Europa, teniendo un coste medio de unos 1,57 € por cada mil litros. En contraste con este dato, nuestro país ocupa el puesto número 20 en el ranking de los lugares donde más se paga por una botella de agua en el sector de la hostelería. El precio medio es de 1,32 euros por por cada 0,33 litros. Según la Federación Europea de Aguas Envasadas (EFBW), España se sitúa como el cuarto país de la UE en la producción de agua mineral, y el tercero en su consumo.

En 2016 el consumo de agua mineral se situó en 120 litros al año. Esto representa, aproximadamente, un consumo de un vaso de agua mineral al día frente a los 150 litros de agua corriente de los que hacemos uso. A pesar de esta diferencia el consumo de agua embotellada, que decreció durante la crisis, continúa escalando hasta los valores previos a la misma y cabe esperar que llegue en los próximos años a los 137 litros por persona y año que consumiamos anteriormente.

Como vemos, los precios y consumos distan mucho entre el agua potable de grifo y la embotellada, pero, ¿realmente tienen una diferencia de calidad tan pronunciada?

Para comenzar, debemos destacar que es importante realizar controles de calidad del agua que consumimos al igual que analizar detalladamente sus parámetros ya que podríamos poner en riesgo nuestra salud. Los criterios sanitarios del agua están reflejados en el Real Decreto 140/2003. Esto nos lleva a asumir que tanto el agua embotellada como el que sale del grifo respetan unos mínimos de calidad.

Agua del grifo

Los españoles pagamos aproximadamente 1,57 euros por cada mil litros de agua suministrados, una de las aguas más baratas de Europa teniendo en cuenta que los escoceses pagan algo más de cinco euros, los holandeses en torno a los 4,5 euros y los alemanes algo más de cuatro euros. Una de las posibles explicaciones a esta diferencia en los precios es, según la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS), que parte de las infraestructuras de transporte y potabilización no se renuevan desde los años ochenta, lo que hace que aumente el peligro potencial de contaminaciones.

Exceptuando estos casos localizados de contaminación y algunas zonas específicas de España –manantiales en rocas calizas que dan aguas con alto nivel de Ca y Na conocidas como duras–, en nuestro país no existen grandes diferencias entre el agua del grifo y la embotellada. (Se conoce que algunas aguas embotelladas han sido tratadas para adaptarlas al nivel del agua del grifo, lo que hace aumentar el precio final del producto.)

Finalmente, si analizamos este agua desde el punto de vista de lo ambiental, el agua del grifo ahorra en el embotellado y no contamina con el reciclado de dichas botellas. Además reduce el consumo de energía que supone, para el agua embotellada, de extraer el agua, tratarla con procesos de ósmosis inversa y distribuirla a los puntos de venta.

Agua embotellada

Una de las grandes ventajas que supone el consumo de agua embotellada es la gran oferta que propone, pudiendo consumir agua proveniente de manantiales, aguas de origen subterráneo o aguas preparadas. Esto supone, a su vez un catálogo amplio de sabores y composiciones minerales, que pueden interesar al consumidor en un momento determinado.

El agua embotellada, por su parte, tiene la ventaja de que no sabe a cloro como la del grifo porque se desinfecta por ósmosis inversa. Ahora bien, salvo por este detalle, es exactamente igual. La ósmosis inversa es una tecnología de purificación del agua que utiliza una membrana semipermeable para eliminar iones, moléculas y partículas más grandes en el agua potable.

Además algunos expertos dudan de la calidad de los manantiales de origen del agua, ya que aseguran que están altamente contaminados por microorganismos procedentes de actividades ganaderas o fauna salvaje, así como por filtraciones de químicos procedentes de abonado de los campos. A pesar de ello en el agua embotellada, excepto puntuales errores que puedan cometerse en la cadena de producción, la probabilidad de contaminación es mucho menor.

Además, bajo el punto de vista ambiental, el uso de agua embotellada evita contaminantes vertidos a la red doméstica.

Tabla comparativa consumo de agua
La conclusión a esta serie de datos es clara: pagamos un precio abusivo por un recurso que tenemos de forma segura en nuestras casas por un precio mucho más justo.

Daniel de la Morena

 

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