Fotografía: Holger Detje en Pixabay

 

En nuestra época, es muy fácil, barato y rápido viajar a lugares interesantes, en cualquier país del mundo. El avión es un medio de transporte común, pero mucha gente no conoce sus impactos sobre medio ambiente. Es bien sabido que es mejor viajar en bicicleta, transporte público o caminar en comparación con el uso del coche. Los aviones son convenientes para viajar a una distancia larga, pero las emisiones de la aviación son a menudo pasadas por alto.

En 2017, 4.100 millones de pasajeros volaron en servicios regulares de aerolíneas, 280 millones más que en 2016. El sector de la aviación sigue creciendo cada año para satisfacer nuestro espíritu viajero y darnos una sensación de tiempo acortado. La aviación conecta más personas y culturas, y cada vez es más fácil volar. Sin embargo, el sector de la aviación tiene un lado malo. Las emisiones directas de la aviación comercial son aproximadamente el 3% del total de los gases de efecto invernadero de la Unión Europea y más de un 2% de las emisiones globales. Además, los aviones funcionan con combustible fósil. El sector usa 5 millones de toneladas de petróleo cada día. También, la creciente demanda de vuelos significa que hacia 2035 el número de aviones de pasajeros se duplicará. Ahora bien, los aviones no puede funcionar sin la utilización de combustibles fósiles y soluciones ecológicas como los aviones eléctricos están lejos, la tecnología no puede satisfacer la creciente demanda de viajes aéreos.

Para poner las emisiones del transporte en perspectiva, un vehículo de pasajeros tipo emite 4,6 toneladas de carbono al año. Una viaje de ida y vuelta desde Madrid a Sydney con una escala genera 4 toneladas de carbono para un pasajero en clase Premium. Tú único viaje puede generar más carbono que alguien conduciendo durante todo un año. Otros ejemplos son: un viaje de ida y vuelta desde Madrid a Nueva York en clase Turista genera 628 kilogramos de carbono (110 g/CO2/km) por pasajero, y un viaje de ida y vuelta desde Madrid a Barcelona en clase turista genera 129 kilogramos de carbono por pasajero (258 g/CO2/km).

Una viaje de Madrid a Nueva York es casi igual a 11 viajes de Madrid a Barcelona en términos de distancia recorrida (*). Los 11 viajes generan 791 kilogramos de carbono por pasajero más que la ida y vuelta de Madrid a Nueva York. Si vas a volar, y quieres reducir tu huella de carbono es importante que no vueles en distancias cortas.

Otros datos muestran que cómo el sector de la aviación es un problema para el medio ambiente. Ryanair es la primera empresa que está en la lista de los primeros diez emisores de carbono de Europa, por detrás de nueve centrales eléctricas. Estas son conocidas por su impacto perjudicial para el medio ambiente, y si la aviación entra en la misma categoría que las centrales eléctricas, algo tiene que hacerse para cambiarlo. Con el crecimiento de la industria de la aviación, Ryanair y otras aerolíneas low cost van a subir posiciones en esta lista. La aviación tiene un impacto global que no podemos ignorar.

Algunos grupos políticos y también algunos políticos están pensando sobre este impacto en relación con los vuelos domésticas, y es un tema importante en las elecciones de Europa y Australia. Hay llamadas a la prohibición de los vuelos domésticos en Francia, y movimientos de “vergüenza de volar” como el movimiento “flygskam” en Suecia. Cada vez más personas consideran su modo de viajar con movimientos como “nunca vuele otra vez o durante un año” –“Flight-free 2019” y ahora “Flight-free 2020”. Flight-free 2020 tiene el objetivo de que 100.000 personas de cada país tomen el compromiso de no volar durante un año. Otra idea de las organizaciones ambientalistas es introducir un impuesto de viajero frecuente, en el que todas las personas tendrían una ida y vuelta sin impuesto cada año, pero los siguientes vuelos tendrían un impuesto creciente por cada vez. Es una idea para frenar los vuelos domésticos frecuentes e imponer un impuesto para ayudar al medio ambiente que pueda ser pagado por las clases altas, que son las que vuelan con más frecuencia.

Es necesario que pensemos más sobre nuestros viajes y cómo viajamos. Si tienes los recursos para viajar, tomar el tren o el autobús, especialmente para viajes de corto recorrido. Los autobuses requieren mucho más tiempo para viajar pero son mucho más baratos. Un tren puede costar lo mismo que un avión, y tomar más tiempo, pero suelen llegar directamente a los centros de las ciudades. No necesitas dejar de viajar, pero mira otras opciones antes de viajar y piensa sobre el impacto de nuestra elección para nuestro medio ambiente.

Kristen Castro

(*) Este es el cálculo de referencia:

  • 505,9 km Madrid a Barcelona.
  • 5.764 km Madrid a Nueva York.
  • 11 vuelos de Madrid a Barcelona es casi la misma distancia en kilómetros que un vuelo de Madrid a Nueva York.
  • 11 vuelos de Madrid a Barcelona x 129 kilogramos de carbono por pasajero = 1.419 kilogramos de carbono por pasajero.
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