Acabamos de comenzar 2019 y el ecologismo más extremo y optimista ya busca iniciativas complejas que poner en marcha. Todas ellas son interesantes cuanto menos, pero el número de personas que ha dado un paso más allá de una sostenibilidad básica es todavía muy reducido. Al contrario, son una gran mayoría quienes siguen estancados en un nulo compromiso con el medio ambiente y es por ello que quizá, en pleno 2019, las medidas que deban proponerse tengan que acercarse más a las tres erres que a grandes transatlánticos que aspiran microplásticos.

Así es que el propósito que les planteamos para este año vuelve a ser aquello fundamental, sencillo y casi olvidado de Reducir, Reciclar y Reutilizar. Gracias a estos tres conceptos se pretende que nuestros hábitos cambien, convirtiéndonos en personas más sostenibles y responsables.

Reducir, como su propio nombre indica,  supone disminuir el gasto ya sea de materias primas o de bienes de consumo.  A pesar de que esta pueda parecer una medida muy extrema, no tiene por qué influir en nuestro nivel de vida, ya que si tenemos en cuenta la cantidad de comida que tiramos o la ropa que tenemos en el armario y no usamos, vemos que tenemos gastos innecesarios. Los consejos más sencillos para conseguir este propósito suponen comprar simplemente lo necesario y tener un compromiso mayor dentro de dichas compras, por ejemplo, reduciendo el uso de bolsas de plástico. Cabe destacar que este parece ser uno de los conceptos que más fuerza van a tomar en este 2019 puesto que medidas como la erradicación de los plásticos de un solo uso comienzan a ser vistas con buenos ojos por los gobiernos.

Reutilizar debería ser una obligación a la hora de hacer uso de un producto. Darle un solo uso a ciertos bienes no es rentable y alargar al máximo su vida útil, parece la solución al derroche y a las grandes cantidades de desecho que producimos. Convertir una botella en una preciosa maceta, una bombilla en adornos navideños, neumáticos en modernos puffs o palets en mesas de salón son solo algunas ideas que nos ayudarán a reutilizar algunas de las grandes preocupaciones de nuestro planeta, como plásticos y vidrios.

Por último, reciclar sea quizá la tarea que más compromiso requiera de estas tres. Consiste en organizar nuestros residuos para posteriormente poder tratar los diferentes materiales por separado y poder volver a utilizarlos, puesto que cada material tiene unas propiedades diferentes. Materiales simples como el vidrio, el papel, el cartón y los metales (hojalata y aluminio) son óptimos para el reciclado y el compromiso social puede hacer que el 100% de estos sea reutilizado gracias a la recogida selectiva y su tratamiento.

Todas estas medidas, nos ayudan a cumplir uno de los propósitos que en la Fundación consideramos fundamental: la reducción de nuestra huella ecológica. Gracias a la reducción, el reciclaje y la reutilización no solo disminuye el terreno que necesitamos para cubrir nuestras necesidades sino que también lo hace el terreno que demandamos para asumir nuestros deshechos.

Daniel de la Morena de Navas

 

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