El 11 de marzo de 2015 se cumplieron 4 años de la catástrofe en la central nuclear de Fukushima Daiichi, pero las consecuencias para personas y medio ambiente aún persisten. La central sigue vertiendo agua contaminada al terreno y al océano Pacífico, los residuos siguen siendo un problema por falta de ubicación, el desmantelamiento de la central parece retrasarse y las zonas descontaminadas vuelven a contaminarse.

En un primer momento se predijo que las consecuencias no serían muy graves, pero debido a infiltraciones en las instalaciones de la central en los últimos años y el retraso en los planes de limpieza, el riesgo por contaminación radioactiva sigue muy presente.

Fue un hecho sin precedentes, ya que el accidente fue producido por un fenómeno externo a la propia central. A pesar de que la estación paró su funcionamiento tras los primeros temblores, el hecho de que el seísmo tuviera una magnitud de 9 en la escala de Richter (el quinto mayor desde que hay registro) y el posterior tsunami, causaron daños en las instalaciones que en su momento fueron difíciles de predecir aportando datos erróneos de las consecuencias.

El informe «La Crisis Nuclear Japonesa. Informe sobre el estado de Fukushima Daichii» publicado por Greenpeace en estos días, nos pone en situación del estado de la estación a fecha de 2015.

El accidente

El terremoto y el posterior tsunami tuvieron grandes efectos sobre la central de Fukushima. El terremoto hizo parar la actividad en los reactores activos, 1-3, evitando que el desastre alcanzara mayores dimensiones. El tsunami dejó inservible el circuito primario de refrigeración y los sistemas de emergencia de alimentación y de refrigeración.

Así, con el fin de refrigerar los reactores y evitar la fusión de núcleos y el escape del combustible nuclear, se decidió rociar los reactores con agua de mar, decisión de se tomó muy tarde por parte de Tokyo Electric Power Company (TEPCO). La temperatura de los reactores aumentó por la falta de refrigeración, lo que promovió la producción de hidrógeno a partir del agua existente en el sistema de contención, escapándose este gas e instalándose en los edificios de los reactores y reaccionando con el oxígeno, lo que causó tres explosiones provocando los primeros escapes de radioactividad al medio.

De las cuatro barreras que separaban el combustible nuclear de la biosfera, dos estaban dañadas, produciéndose un vertido accidental de radionucleicos ligeros de los reactores 1-3 (Yodo-131 con un tiempo de semidesintegración de 40 días, Cesio-134 con un periodo de 10 años, Cesio-137 con un periodo de 30 años, y Tritio con periodo de 13 años). Del reactor 2 se produjo un escape de Plutonio del agua del núcleo (con un tiempo de semidesintegración de miles de años) de 7.000 l/h durante 48 horas a los alrededores de la central.

Otro problema lo constituyeron las piscinas de residuos de alta actividad, que debían cubrir con agua los residuos en su totalidad para refrigerarlos y servir como blindaje frente a la radioactividad. Pero parte de esta agua se evaporó por fallo del sistema eléctrico, dejando los residuos radioactivos al desnudo emitiendo radioactividad al medio.

En los meses siguientes, la falta de sistemas de refrigeración para enfriar los núcleos, hizo que se usara agua de mar para tal fin. Este agua se almacena en depósitos, que en algún momento entraron en contacto con contaminación radioactiva procedente de fugas de las cisternas de los reactores 1-3. Desde 2011 se ha producido varias fugas desde estos depósitos, vertiendo agua con radioactividad al medio terrestre y a las aguas subterráneas.

Conclusiones de Greenpeace

Según el informe elaborado por Greenpeace, se sigue liberando contaminación al medio y la probabilidad de que ocurran más accidentes es más que probable. Estos son los datos aportados por al ONG:

  • No se conoce con exactitud la localización de los núcleos fundidos, creyéndose que gran parte se derritió y se infiltro a través de grietas hasta la parte inferior de las vasijas de contención de los reactores. El método elegido por TEPCO para enfriar los reactores 1, 2 y 3 es el bombeo de agua de mar con Boro, que sirve para absorber neutrones. Este agua acaba filtrándose hasta las vasijas del reactor entrando en contacto con el combustible nuclear. El agua de refrigeración se almacena en tanques de acero aislados. En diciembre de 2014 el total de este agua alcanzaba las 320.000 toneladas. TEPCO utiliza una tecnología que permiten eliminar 62 radionucleicos, sin incluir el Tritio, calculándose a fecha de 8 de febrero de 2015 en 297.000 toneladas la cantidad de agua con Tritio, sin saber cuándo éste se podrá eliminar.
  • TEPCO ha reconocido que la contaminación de las aguas subterráneas que pasan por la central se debe a contaminación superficial que penetra en el suelo. Con el fin de evitarlo, la empresa intentó bombear el agua de los pozos adyacentes. En 2014 se empezó a bombear agua contaminada a través del sistema de alcantarillado al medio marino y terrestre. Como solución, se está construyendo una pared impermeable de 30 metros de profundidad en el lado de la central que da al océano Pacífico. A fecha de enero de 2015 está prácticamente construida, pero falta por determinar si será efectiva. Se prevé que reducirá el Tritio que llega al mar en un 93% y el Cesio y Estroncio en 97,5%.
  • Otro intento por parte de TEPCO para evitar que las aguas contaminadas se infiltren al Pacífico, es la de formar un muro de hielo 1,5 km de circunferencia alrededor de la central. Esto implica perforar e insertar en el terreno tubos de 30 metros de profundidad que congelarán el suelo a -30ºC. De esta forma, se pretende reducir una tercera parte de las aguas que pasan por la zona y entran en contacto con el agua contaminada. La operación durará 6 años, tiempo que se calcula necesario para desmantelar la central. La fecha de comienzo se estimaba en el presente mes de marzo.
  • Los trabajos de traslado de combustible gastado de la piscina del reactor 4 a las piscinas de almacén común se acabaron el pasado mes de noviembre. Sin embargo, el plan de desmantelamiento de estos elementos combustibles de los reactores 1-3 se pospone hasta 2019, según informa TEPCO. Estos trabajos son de mayor dificultad que los llevados a cabo en el reactor 4, ya que se precisa de sistemas de control remoto debido a los altos niveles de radiación que hacen imposible los trabajos humanos.
  • El calendario de desmantelamiento todavía es una incógnita. Éste depende de la crisis del agua en la central, ya que se precisan 400 toneladas de agua para inundar el reactor con el fin de bajar su radiación. El calendario global de desmantelamiento se prevé de 30-40 años según TEPCO, que está realizando minuciosas inspecciones de las instalaciones. Esta fecha depende de la fase 2 (retirada de escombros, sellado de la central contra fugas e inundaciones de las contenciones) que se calcula acabe en 2021.
  • Mediciones llevadas a cabo por la ONG demuestran que las tareas de descontaminación en municipios cercanos a la central no están siendo efectivas, no alcanzándose los objetivos marcados por el Gobierno Japonés. Además, los niveles más altos de radioactividad se encuentran lejos de la carreteras, lo que lleva a pensar que los trabajos no descontaminan, sino que la trasladan. Las colinas, montañas y bosques de la prefectura de Fukushima están muy contaminados. En consecuencia, el material radiactivo acaba en los embalses y las cuencas bajas de los ríos, así como en zonas ya descontaminadas.
  • Los residuos nucleares se encuentran repartidos en alrededor de 54.000 emplazamientos a lo largo de toda la prefectura de Fukushima, incluyendo jardines, aparcamientos y parques, debido a las dificultades que ha encontrado el Gobierno para comprar/arrendar terrenos para ubicar los almacenes provisionales. Se calcula que el área de contaminación es de 2.000 km2, generando una cantidad de residuos radioactivos equivalente a 100 millones de toneladas. Tratar esta cantidad de residuos es una tarea imposible, por lo que zonas rurales ya descontaminas volverán a contaminarse con una alta probabilidad. Con motivo del 4º aniversario, en marzo de 2015 se realizará el primer traslado de 43.000 toneladas de residuos a los depósitos temporales en las localidades de Okuma y Futabar, cercanas a la estación, a modo de prueba hasta que se construya el almacén. Los depósitos de residuos en estas localidades se mantendrán hasta 2045, para cuando ya deberían estar construidos los definitivos, y albergarán uno 30 millones de toneladas de residuos.

Vertidos al mar

Los vertidos radiactivos al mar constituyen gran parte de la problemática aún 4 años después. Esta contaminación afecta de manera directa a los ecosistemas marinos existentes en la zona de desagüe, y de manera indirecta a cientos de kilómetros cuadrados a través de corrientes marinas.

Sus consecuencias se han notado en la costa oeste de Estados Unidos, Canadá, Alaska, Hawaii y Méjico. A ello hay que añadir el desplazamiento de los bancos de peces. “El mayor peligro de las partículas radiactivas es que se distribuyan en algunas especies migratorias como el atún” comenta a El Mundo Eduardo Rodríguez-Farré, profesor de investigación del CSIC y miembro del Comité Científico de la UE sobre Riesgos para la Salud.

Es difícil determinar el efecto sobre fauna y flora marina, pero lo que no se puede negar es el alcance de la radioactividad de la cadena trófica. Así lo indica una proyección que utiliza datos históricos del comportamiento y velocidad de la Corriente Ecuatorial del Norte elaborada por  el Centro Internacional de Investigación del Pacífico de la Universidad de Hawai, que muestra la presunta mancha de las aguas contaminadas con radiación llegando a las costas de California y Baja California en las 10 primeras semanas de 2014. Consultar el siguiente enlace para más información:

http://www.bionero.org/ciencia/contaminacion-radioactiva-de-fukushima-llegaria-pronto-a–costas-de-baja-california

Según un informe redactado por Ecologistas en Acción, TEPCO ha tomado la decisión de cementar el lecho marino hasta una profundidad de 6 metros con una capa de 60 cm de espesor, con el fin evitar la propagación de la sustancias radioactivas en los fondos marinos donde descarga la central.

Fuentes:

– «La Crisis Nuclear Japonesa. Informe sobre el estado de Fukushima Daichii». Greenpeace.
– “Fukushima. El accidente y sus secuelas en el tercer aniversario”. Ecologistas en acción.
– Revista “Foro de la industria nuclear espaloñola”. Junio 2013 nº 554; Octubre 2013 nº 557; Diciembre 2013 nº 559.
– Energíadiario.com. “Fukishima aprueba construir depósitos de residuos radioactivos”. 25 de febrero de 2015. 
– Divulgación y cultura científica iberoamericana. “Los efectos de la tragedia de Fukushima”.
http://www.bionero.org/ciencia/contaminacion-radioactiva-de-fukushima-llegaria-pronto-a–costas-de-baja-california

Fotografía: de Josue Herrera-Feeney, US in the Prefectures of Japan Collection