La economía circular es la manera que tiene nuestra sociedad de volver a la economía de la naturaleza, que no produce basura inútil, sino que transforma unas materias valiosas en otras en círculos que giran de manera incesante. Últimamente nos hemos convertido en una sociedad lineal, que funciona como un tubo de chimenea, fabricando y distribuyendo toda clase de materiales que terminan convirtiéndose en residuos, inútiles para la economía y muy costosos de tratar.

La economía circular es la economía de devolver el casco, nombre antiguo del sistema de “devolución y retorno” de envases, que la ley contempla como una opción para tratar los  residuos pero que ha perdido fuelle en las últimas décadas en favor del sistema de contenedor en la calle y recogida selectiva. Este último sistema permite la recogida de muchos miles de toneladas de materias primas valiosas (vidrio, plásticos, papel y cartón, hojalata, etc.) y es una buena alternativa frente a la producción masiva de basura mezclada y su enterramiento en vertederos.

El sistema de devolver el casco es todavía mejor que el de contenedor porque obtiene resultados con un circuito más pequeño, el que hay desde la tienda a nuestra casa y desde nuestra casa a la tienda. Nos ahorramos el largo viaje desde casa al contenedor, la planta de tratamiento de residuos, la fábrica, y otra vez la tienda y nuestra casa. La realidad no es tan fácil (por ejemplo, las latas no se pueden reutilizar directamente) pero da una idea de las ventajas de la devolución y retorno.

Esa es una las claves de la economía circular: circuitos de materiales cada vez más pequeños. Esa no es la norma, actualmente se envían residuos por barco a viajes de miles de kilómetros, algunos circuitos de materiales abarcan el planeta entero. Se puede comparar esta insostenible situación con un bosque, donde las hojas caídas de un árbol se reciclan in situ en mantillo y suelo del bosque, de donde se alimentará el árbol para producir más hojas, y todo ocurre en dos o tres metros de distancia.

¿Qué podemos hacer nosotros por la economía circular? Pues más cosas de las que parece. Por ejemplo:

No comprar, sino alquilar, pedir prestado y usar. En este caso ni siquiera se produce ningún residuo. Por ejemplo, si necesitamos desplazarnos, hacemos un trayecto en coche eléctrico compartido y lo dejamos aparcado para que lo use el siguiente usuario. Se ha calculado que un sistema así generalizado evitaría la producción de muchos millones de coches que terminarán formando montañas de chatarra.

Pensar dos veces antes de tirar algo a la basura, especialmente si se trata de muebles, aparatos varios, menaje del hogar, etc. casi siempre hay posibilidades de repararlo, tunearlo mediante el reciclaje creativo o simplemente colocárselo a alguien para quien le sea útil.

No es fácil “devolver el casco” porque en muchas tiendas y supermercados no van a admitir que les llevemos botellas y latas vacías, pero eso está cambiando. Por ejemplo, algunas marcas de ropa, muebles y otros artículos admiten que devuelvas en la tienda artículos que compraste allí en su día, y te dan una gratificación a cambio. También puedes preferir comprar cercano a comprar lejano (eso no es fácil a veces), por ejemplo en materia de alimentos frescos.

Llegará un momento en que producirás un residuo que no podrás colocar directamente, en cuyo caso no olvides llevarlo a su contenedor correspondiente: esto se aplica a toda clase de artículos, desde medicamentos a periódicos viejos.