Fotografía: Irene Albarel

Intenta recordar por un momento, ¿cuántos envases o bolsas de plásticos consumes diariamente?, o mejor dicho ¿cuánto plástico ves ahora mismo a tu alrededor?. Seguramente te sorprendas de la cantidad de plástico que nos rodea en nuestra vida cotidiana, se encuentra en envases, bolsas, higiene personal, cosméticos diarios, incluso está presente en nuestra alimentación y en el agua que bebemos.

En realidad, si nos paramos a pensar cómo sería nuestra vida sin este material tan habitual sería inimaginable ¿verdad?. De acuerdo con estudios realizados por la organización Preserve Planet, en tan sólo un minuto se llegan a producir hasta 1.200 botellas de plástico, para llegar a un total de casi 66 millones de estos envases en todo un año.

Se estima que entre 500.000 millones y 1 billón de bolsas de plástico se consumen al año en todo el mundo terminando la mayoría como desperdicios en vertederos urbanos. Si esto no te parece suficiente, en el planeta casi 3 millones de toneladas de plástico se usan al año para envasar agua. Además el 80 por ciento de todas las botellas de agua no se reciclan y acaban en los vertederos.

Muchos de estos residuos van a parar a los océanos a través de ríos, cauces o directamente arrojados desde barcos haciendo del océano un “mar de plástico”. Estudios recientes han demostrado que hay más plástico que plancton en algunas de las partes remotas de nuestros océanos. Muchos animales marinos como tortugas, ballenas e incluso aves mueren por estrangulamiento, ingestión de plástico o por enredo. También afecta a los arrecifes de coral. Según una investigación de la Universidad de James Cook en Australia, los corales no son selectivos en su alimentación y están en peligro de ingerir fragmentos microscópicos de plástico como el poliestireno y el polietileno. Entre los residuos plásticos desechados destacan bolsas de plásticos, bollas, colillas de cigarrillos, latas, redes, boyas, artefactos de pesca, etc. Tampoco ignoremos que el plástico es un derivado del petróleo, un fiel compañero del calentamiento global.

Pero, ¿sabes los graves efectos perjudiciales que tiene sobre nuestra salud?. Los plásticos son polímeros con largas cadenas de moléculas de carbono, hidrógeno, oxígeno, pudiendo incorporar silicio. Estas cadenas de polímeros se pueden manipular para generar otras formas de plásticos con distintas propiedades.

Según un estudio publicado en la revista Consumer revela la existencia de residuos de ftalatos en botellas de PET usadas como agua embotellada. Los ftalatos son sustancias que se añaden a los plásticos para aumentar su flexibilidad, a partir de ciertos niveles pueden afectar negativamente a la salud actuando como disruptores endocrinos y ocasionando un efecto estrogénico, comportándose como hormonas femeninas.

Algunas alternativas a la utilización del plástico serían el vidrio, el acero inoxidable o el aluminio.

Las botellas de vidrio tienen muchas ventajas, ya que es de un material inerte, impermeable a los aromas y a la humedad. El inconveniente es que es un material frágil frente a impactos.
Otra opción es el acero inoxidable, es un material resistente a la corrosión y al desgaste con el tiempo, tiene numerosas ventajas porque no ofrece reacción con ningún tipo de bebida o alimento. No pierde características ni transmite ningún tipo de olor ni sabor y no emplea productos que puedan liberarse. Los beneficios que tienen cuando se fabrican en forma de botella es que son ligeras, resistentes a impactos y reciclables.
La siguiente alternativa es el aluminio, que lleva un esmalte interior de recubrimiento para evitar que reaccione con líquidos ácidos. Este tratamiento se realiza para evitar que el aluminio se oxide con mayor rapidez al contacto con el oxígeno. A pesar de que las botellas de aluminio tienen un ciclo de vida largo, deben evitarse golpes o caídas que puedan afectar a la efectividad del recubrimiento interior.

En el caso en el que tengamos que comprar una botella de plástico es recomendable estar al tanto del grado de bisfenol A que contiene. Se trata de un símbolo que se encuentra normalmente en la zona inferior de apoyo de la botella y tiene forma de un triángulo formado por tres fechas, en el interior de este triángulo se encuentra un número que sirve como indicador del grado de bisfenol A que contiene.

Bisfemol A

Teniendo en cuenta el grave problema de los plásticos y la gran cantidad que se generan debido al excesivo consumo que hacemos, ¿cómo podemos colaborar produciendo menos residuos de plásticos?. Aquí os vamos a mostrar algunas ideas:

1. Comprar bolsas de basura reciclables o reutilizar las bolsas de basura que tengamos en el domicilio.
2. Cuando vayas a realizar la compra ¡nunca olvides llevar bolsas!. Hay disponibles en el mercado bolsas de algodón, de tela ecológica, bolsas de cáñamo. Puedes dejar alguna guardada en tu bolso o en el vehículo para evitar olvidos.
3. Si eres un consumidor frecuente de café y sueles pedirlo para llevar, puedes animarte y llevar tu termo reutilizable cuando vayas a tu cafetería habitual en vez de que te sirvan el café en un vaso de plástico.
4. En vez de consumir botellas de plástico puede optar por utilizar botellas de vidrio o de aluminio, las puedes encontrar  disponibles en muchos tamaños.
5. Para el uso del agua en la oficina puedes usar una jarra o un vaso de agua sin necesidad de usar botellas de plástico.
6. A la hora de realizar comprar puedes elegir productos que contengan menos plástico y comprobar que se puedan reciclar, como por ejemplo, comprar garrafas de agua de 5 litros o más en vez de botellas más pequeñas, o comprar recipientes de detergente más grandes en vez de usar tamaños pequeños, y siempre elegir botellas y tarros de vidrio antes que plástico, siempre que sea posible.
7. Intenta comprar a granel para evitar envases de un solo uso. Cada vez hay más tiendas de alimentos que venden a granel y que tienen una gran variedad de productos como té, café, hierbas, arroz, legumbres, cereales, etc. Seguro que en tu barrio o cerca de tu casa hay alguna cercana.
8. Puedes reutilizar las botellas de plástico y usarlas como macetas, envases para guardar bolígrafos y lapiceros.
¡Pon a prueba tu imaginación!

 

Texto e infografías: Casilda Nogales Solórzano