A pesar de que España es el país que fabrica más modelos de coches eléctricos en Europa, las cifras para esta alternativa amigable con el medio ambiente, no parecen muy esperanzadoras frente a aquellas de los vecinos, en donde el vehículo  eléctrico ya se ubica competitivamente en el mercado.

En otro de esos círculos viciosos que nos hemos inventado, vemos como en París está en proyecto aumentar el número total de puntos de recarga para coches eléctricos de la ciudad, superando así los 4.000 puntos que ya tienen. En España, en donde existen poco más de 700 en todo el país, los fabricantes de automóviles dicen que no hay más puntos de recarga pues la demanda no exige nuevas instalaciones, pero por su parte hay personas que aseguran preferir coches convencionales antes de hacerse a uno eléctrico porque consideran difícil recargarlos y hay muy pocos puntos de recarga en las ciudades…

Durante el foro sobre “Ciudades Sostenibles, Ciudades Enchufadas”, contando con la participación representativa del director de relaciones institucionales de Nissan, se han mostrado datos sobre la venta de coches eléctricos en Europa durante los últimos años, 50% en Noruega, Holanda 10%, Francia 7% ¿y España? Pues tan solo 0,2%, una cifra que revela lo lejos que nos encontramos aún de que el coche eléctrico sea al menos competitivo, en un país que fabrica 3 millones de vehículos.

Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) los vehículos de tecnología eléctrica alcanzan un crecimiento en lo que va del año 2016 del 177,5%, con un volumen total de 2.009 unidades vendidas. Sin embargo esta cifra sigue siendo minúscula si se compara por ejemplo con la de vehículos híbridos vendidos, que es un volumen total de 11.172.

A pesar de que sabemos que el futuro de la movilidad es eléctrico, ese futuro no está del todo claro en España, pues es necesario que la legislación sea más congruente si de impulsar este mercado se trata. Igual como son necesarios más estímulos como el plan MOVEA (plan de impulso a la movilidad con vehículos de energías alternativas, antiguo plan Movele)  para quienes deseen optar por esta alternativa.

Al coche eléctrico, que sin duda ayudaría a la disminución de los episodios de contaminación que se viven en las ciudades españolas, le falta aún mucho camino que recorrer, muchos gases que emitir y mucha contaminación que generar. La realidad es que España parece haber perdido una oportunidad de oro en el mercado de los vehículos eléctricos en Europa, teniendo en cuenta que también podría ser líder en energías renovables, juntar ambas cosas hubiese podido ser una combinación extraordinaria.

Esperanzados en que las cifras sigan en aumento, es importante recordar que el coche eléctrico debe ir acompañado de una revolución de energías limpias, la misma que se ha frenado bruscamente en España en los últimos años.

Rosely Rojas Rizzo

Informe de ANFAC
Plan MOVEA