Querer cambiar nuestros hábitos de consumo de ropa puede parecer muy difícil. ¿Qué se puede hacer cuando los comercios más cercanos son tiendas de moda rápida que permiten ampliar el vestuario a precios bajos? Pues bien, el cambio es posible y no tiene por qué ser caro ni estar fuera de moda.

Para ayudarte a dar el paso, aquí tienes algunas alternativas prácticas a la moda rápida.

Ordenar tu armario

La primera opción, la más sencilla y que no te costará nada, es ordenar tu armario y tu ropa. Como todo el mundo, vamos acumulando ropa con el paso de los años y compramos más y más prendas sin pensar realmente en las que ya tenemos en el fondo del armario. Según un estudio realizado por la Fundación Ellen MacArthur, en 2016, los europeos se ponen cada prenda de vestir 95,6 veces como media. Clasificar tu ropa te permite encontrar prendas que has olvidado. Al final, es como ir de compras pero en casa, ¡y gratis!

La “Slow Fashion”

Otra solución es la “moda lenta”, que significa comprar menos pero mejor. Llevar un estilo de vida “slow fashion” significa comprar ropa en tiendas que producen en pequeñas cantidades o bajo demanda, siendo la filosofía elegir la calidad sobre la cantidad. Es cierto que tener un modo de vida “lento” puede parecer más caro porque la ropa de estas tiendas de “slow fashion” se hace más cerca de nosotros, con materiales éticos, lo que hace que sea más cara. Pero, al final, el consumidor gana porque no compra diez camisetas al año, sino solo una, por lo que al final, si la compra puede ser cara al principio, cuando haces cuentas, es más rentable, y por supuesto, más sostenible.

Marcas sostenibles

Comprar ropa en tiendas sostenibles es también una alternativa concreta a la moda rápida. Cuando hablamos de marcas sostenibles, podemos preguntarnos qué significa esto en términos concretos. En concreto, una marca sostenible integra las buenas prácticas sociales, económicas y ambientales en el corazón de sus actividades y objetivos. Pero, ¿cuáles son las características que dicen que una marca es sostenible o no? El primer criterio para identificar una marca sostenible es el criterio medioambiental. Una marca sostenible utiliza materiales orgánicos, sostenibles y renovables para fabricar sus prendas. Reutiliza, repara sus materiales y recicla su ropa.

Para ser calificada como sostenible, una marca reduce considerablemente sus emisiones de CO2 adaptando el modo de transporte utilizado y su consumo de electricidad. No se utilizan materiales tóxicos y el embalaje de los productos es sostenible. El segundo criterio es el social. Una marca social respeta las normas laborales, las condiciones de trabajo, la salud y la seguridad de los trabajadores, un salario justo y la igualdad de género. Por fin, al menos el 30% del volumen total del producto se fabrica localmente. Entonces, comprar ropa de marcas sostenibles reducirá concretamente tu impacto medioambiental. Para estar más seguro que la ropa es sostenible, hay una Etiqueta Ecológica Europea que puedes encontrar en productos textiles y de calzado. Esta certificación permite garantizar que el producto tiene un mínimo de fibras ecológicas, de material reciclado, ningún químico tóxico, que fue producido en condiciones laborales dignas, que tiene una eficiencia energética en el proceso de lavado.

Arreglar tu ropa

La cuarta alternativa que tienes es arreglar tu ropa. Esta solución sostenible hace que nos lo pensemos dos veces antes de tirar una prenda, ya que repararla le da una segunda o más larga vida en general. Según un estudio británico, en general, llevar una prenda durante nueve meses más puede reducir nuestra huella de carbono, los residuos y el uso de agua en un 20-30%. Sin embargo, reparar tu propia ropa requiere dominar el arte de la costura, lo que puede ser difícil y llevar mucho tiempo al principio. Además, como cambiar su ropa es hoy en día fácilmente accesible, cada vez hay menos profesionales y tiendas donde se pueda dejar la ropa dañada para su reparación. Sin embargo, algunas marcas lo han tenido en cuenta y permiten a sus clientes reparar sus prendas cuando están dañadas. Es el caso de Patagonia, una marca de ropa de exterior sostenible que ha dedicado una página en su web al mantenimiento y reparación de sus productos. Así que, con práctica y habilidad podrías reparar su ropa fácilmente y hacerla más sostenible.


La moda de segunda mano

Una opción que está más y más de moda hoy en día es comprar ropa de segunda mano. Esta alternativa es beneficiosa para el planeta pero también para tu cartera. En efecto, comprar en tiendas de segunda mano permite por un lado luchar contra el despilfarro y por otro lado economizar porque la ropa de segunda mano es más barata. Gracias a las tiendas de segunda mano, la ropa que probablemente habría acabado en la basura tiene una segunda vida, sin necesidad de recursos adicionales. La ropa de segunda mano se puede comprar directamente en tiendas, o por Internet. Por ejemplo, la fundación HUMANA es un buen lugar para comprar ropa de segunda mano. Cada año, la fundación recupera más de 18.000.000 de kilos de ropa y desde 1987 ha invertido más de 32 millones de euros en proyectos sociales. Solo en Madrid hay 22 tiendas HUMANA en las que puedes donar la ropa que ya no usas y comprar ropa nueva… de segunda mano. En Internet, la plataforma más utilizada en Europa para comprar productos de segunda mano es Vinted. La plataforma de ropa de segunda mano es originaria de Lituania y cuenta con más de 37 millones de usuarios. El principio es fácil tanto para los vendedores como para los compradores, lo que lo convierte en un éxito sin precedentes.

Ropa de alquiler

Otra solución que mucha gente no conoce es la ropa de alquiler. El alquiler de ropa es una opción que te permite cambiar de ropa regularmente sin tener que comprarla. La ropa pasa de una persona a otra, lo que permite estar siempre a la moda y poder estrenarla sin que el impacto medioambiental sea catastrófico, como ocurre con la moda rápida. El principio es sencillo, eliges la prenda que te gusta y la alquilas durante un número determinado de días, en función de lo que ofrezca la tienda. Una vez finalizado el periodo de alquiler, lo devuelves a la tienda. Es fácil, eficiente y sostenible.

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Léa Gourlay

Fotografía: Sarah Brown en Unsplash