El 7 de febrero, con motivo de la semana de la moda de Madrid, asistimos a la 1ª edición de la “Sustainable Fashion Week de Madrid”. Fue una amena jornada de conferencias, todas ellas relacionadas con la moda sostenible.

Inés Rodríguez, diseñadora artesanal textil y propietaria del Estudio Obrador Inés RiR & Co, nos explicó como hoy en día la artesanía tradicional es un paradigma de economía circular. La artesanía tradicional trata de recuperar lo bueno de la época de nuestras abuelas en los años 50, de tal forma que ver de dónde venimos sirva como impulso para ver hacia dónde vamos.

Por aquellos tiempos, en el mundo rural todas las personas del pueblo tenían una habilidad artesanal, unos cultivaban, otros tejían, otros confeccionaban, etc. Se llevaba a cabo una cadena de cultivo en la que se producían prendas autóctonas fabricadas con fibras locales, en el norte de España con lino y en el sur con esparto. El esparto era y sigue siendo utilizado en la fabricación de suelas de zapato, serones, cestas, etc, todos ellos elaborados con cuerda de yute que se forma al trenzar el hilo confeccionado, hilo que tiene fuertes propiedades aislantes y antiestáticas, además de baja conductividad térmica. La cuerda de yute es orgánica y reciclable por lo que es ecológica y respeta la naturaleza.

Actualmente, hay algunas técnicas del pasado que se pueden aplicar en la moda sostenible como telar, aguja, punto, malla, patrones, tintes, reciclaje de tejidos (jarapas, remontas, etc), aunque en España hay algunas técnicas del pasado que se encuentran en peligro de extinción, como los estolones en Valencia, los lienzos de lino, las almazuelas de La Rioja, el tejido bordado zamorano, el encaje de Almagro, la estampación, la lagartera. Esta última es una confección de telas bordadas con una técnica muy antigua de acabados muy cuidados y trabajados que ha sido recientemente nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las costureras del taller de Balenciaga, taller de artesanía y alta costura, cosían de forma manual bordados y formas inspiradas en los trajes tradicionales de España y oficios populares, pescadores, etc. Hacían uso de técnicas tradicionales, encajes, bordados en azabache, etc, de una manera innovadora, conociendo el comportamiento de los tejidos y adecuandolos al diseño y patronaje, por lo que fue una innovación en el sector textil.

Hoy día se desperdicia mucha tela porque vale muy poco, por lo que el inicio de todo es el valor que le damos a las cosas. Como ejemplo de patrones zero waste se encuentra el boro o costura japonesa. Es un tipo de costura que se basa en la reutilización de retales uniéndolos con un bordado a mano de puntadas sencillas que van sujetando los retales y convirtiendo todo en un solo tejido. Esta técnica es muy útil para reutilizar retales de tela, y además es muy decorativo, fácil de hacer y se pueden realizar diseños muy atractivos. Pese a que parezca una técnica muy moderna en realidad es antigua, y era utilizada por los campesinos japoneses para remendar y reutilizar los tejidos. El boro es un patrón zero waste que no deja ningún tipo de desperdicio, ya que los campesinos japoneses nunca desperdiciaban tela porque era muy cara.

Reciclar no es nada moderno, todas las culturas han reciclado sus tejidos con técnicas similares entre sí como el Boro, Patchwork y Sakiori en Japón, las Almazuelas, Remontas y Farrapeiras en España. Los tejidos se aprovechaban por muchos motivos, y se reciclaban para hacer objetos como ropa u objetos nuevos. En el pasado se tenía cultura de aprovechamiento, ya que los textiles eran escasos, se cosechaban las fibras y el proceso era muy laborioso y difícil, por lo que eran más difíciles de ejecutar, caros y exclusivos. Por todo esto se valoraban mucho los diferentes tejidos.

Finalmente, ¿qué aporta la artesanía textil al movimiento slow fashion de la actualidad? Aporta muchos conocimientos de técnicas antiguas y tradicionales que se pueden aplicar de nuevos modos (Patchwork, costura, acabados, remates, tejidos, bordados, plumas, punto,…), a su vez aporta el conocimiento de la cultura propia de una zona, las costumbres y los valores intrínsecos, así como los materiales y las herramientas tradicionales. También aporta el conocimiento de buenas prácticas de trabajo, sostenibilidad, reciclaje, trabajo respetuoso con el entorno, etc.

La artesanía y la moda sostenible comenzó como oficio artesano, esencia que es importante y no se debe perder. La filosofía de este trabajo artesano no conllevaba un objetivo de producción en masa y la expansión por encima de todo como ocurre en la actualidad, sino que mantenía en su esencia unos valores culturales y sociales, que si hoy día conseguimos aunarlos con la utilización de materiales respetuosos para el medioambiente, tendremos mucho camino recorrido en favor de una moda sostenible. Esta filosofía de producción responsable enlaza con el consumo igualmente responsable que cada vez se defiende más, como alternativa a compras masivas a precios bajos y marcas vacías.

La colaboración y especialización en los procesos de trabajo hacen que cada vez las nuevas generaciones valoren aún más la responsabilidad social y la identidad del objeto creado, el cual tiene una historia que contar, además de la utilización de materiales naturales, sinónimo de una economía circular cada vez más interiorizada.

Texto y foto: Laura Velasco Puig