Un vicio de diseño original ha llevado a fabricar coches demasiado pesados y potentes, aptos para recorrer miles de kilómetros y más seguros y confortables para sus ocupantes, pero que están completamente fuera de lugar en la ciudad. Este error ha convertido las ciudades en lugares ruidosos y contaminados, además de provocar muchos accidentes, muchos de ellos mortales.

Una nueva generación de vehículos urbanos, los VLUE (Vehículos Ligeros Urbanos Eléctricos) está demostrando que no hace falta tanto peso ni tanto tamaño para moverse por la ciudad con comodidad y rapidez. Hay de todo: desde cuasi-coches a poco más que una ruedecilla entre los dos pies. Vamos a empezar por lo más pequeño.

Monociclos eléctricos: una ruedita basta
Una rueda, un motor eléctrico y espacio para poner los pies. Este es el auténtico vehículo urbano de bolsillo. Aunque requiere cierta práctica para su manejo, el usuario pronto coge el tranquillo y se mueve tranquilamente sobre su mini-vehículo, que tiene una autonomía de una hora aproximadamente y una velocidad de unos 14 km/h, que casualmente es la velocidad media del tráfico en el centro de una gran ciudad. Airwheel ofrece gran variedad, Fastwheel ofrece modelos algo más rápidos. ¿Cómo se conduce semejante microvehículo? Pues con ligeros movimientos del cuerpo. La rueda tiene sensores que facilitan mucho mantener el equilibrio y pesa aproximadamente 10 kilos.

Patinetes, “segways” y sus variantes
Esta categoría de vehículos urbanos se conduce generalmente de pie, sobre una plataforma con dos ruedas y algún sistema de manillar. Los patinetes y sus versiones (algunas con asiento, como miniscooters) son instintivamente fáciles de conducir a diferencia de los monociclos, no hay más que subir y dejarse llevar. Suelen pesar unos 15 kilos y son plegables, de manera que al llegar a tu destino no tienes más que dejarlos detrás de la puerta o debajo de la mesa. Los segways pueden ser bastante grandes y pesados, aunque están apareciendo versiones más ligeras e incluso portátiles.

Bicicletas, scooters y triciclos eléctricos
El mundo de las bicicletas eléctricas es enorme y crece a toda velocidad. ya hay modelos para todos los gustos y a todos los precios, así como kits para convertir una bicicleta convencional en una eléctrica o la famosa “rueda de Copenhague”, que contiene en sí misma la batería y el motor. De ahí podemos pasar a scooters ligeros eléctricos y a algo más interesante para las personas comodonas que no se avienen a los equilibrios que impone la bici: cómodos triciclos eléctricos de todas clases, algunos con carrocería y que te dejan a salvo de las inclemencias del tiempo. Algunos incorporan techos con paneles fotovoltaicos, como el triciclo carrozado Mö.

Pequeños coches eléctricos
Dando un paso más tenemos vehículos de cuatro ruedas con su motor eléctrico, mucho más ligeros que un coche, con una autonomía que puede superar los 100 km (de sobra para los trayectos urbanos) y una capacidad de carga que puede ser grande, del orden de 500 kilos. Estos son ya verdaderos coches, con carrocería y portezuelas, con un peso máximo de unos 400 o 500 kg, como el Twizzy de Renault (que por cierto carece de puertas). El siguiente paso son los coches compactos eléctricos, como el Smart. Recientemente la tendencia del mercado es a fabricar coches eléctricos indistinguibles por su aspecto exterior de los convencionales. Así se evita el efecto “carrito de golf”, que hacía parecer a los cochecitos eléctricos como poco serios comparados con los combustión, difíciles de enseñar a los amigos o la familia. Aquí se puede ver una comparativa de precios y modelos.

Refundido y actualizado sobre un artículo publicado originalmente en febrero de 2015 en el blog El ciudadano autosuficiente

Fotografía: www.evovelo.com/