Ideas para reducir el consumo de agua en nuestro jardín

Usa plantas autóctonas: lo primero y más importante para reducir nuestro consumo es saber qué plantas tener. Siempre son mejores las plantas hechas a nuestro clima. Esto te quitará de trabajos y riegos extras. Con ello queremos decir, por ejemplo, que si vives en un clima con pocas precipitaciones, procura no poner plantas que necesiten mucha agua. En cualquier caso, las plantas resistentes a la sequía siempre son una buena opción para reducir el consumo de agua. 

Crea microclimas: el diseño del jardín puede ayudarte a optimizar el uso del agua. Poner las plantas agrupadas entre ellas favorecerá que se mantenga la humedad. Además, puedes diseñarlo para que plantas con similares necesidades se concentren facilitando el riego. Esto último es muy útil, por ejemplo, en el caso del riego automático: si tienes plantas que necesitan riego cada dos días y otras cada semana, podrás programar el riego para que solo una parte se active cada dos días y otra cada semana. 

Riega a primera o última hora del día: hay que evitar el riego a pleno día porque debido a la radiación solar el agua se evapora evitando que llegue a nuestras plantas. 

Adapta el riego: no habrá la misma necesidad de riego en los meses de invierno que en en los meses de verano donde la evaporación del agua de la tierra es mucho mayor. Igualmente, no se requerirá regar lo mismo en un mes lluvioso que en un mes seco. Por lo tanto, adecúa tu riego ya sea manual o automático. Si llueve lo suficiente, no salgas a regar o apaga tú riego automático, y en los días con menos luz y temperatura, disminuye la frecuencia de riego.

Cubre la tierra: colocar una capa de hojas, grava, hojas secas… sobre la tierra ayuda a mantener la humedad. Al protegerla de la radiación solar será más difícil que parte del agua se pierda por evaporación.

Usa riego por goteo: posiblemente sea una de las mejores opciones de riego para no malgastar agua. Aquí te dejamos un enlace sobre sus beneficios, diseño e instalación. 

Algunas técnicas de control biológico respetuosas con el medio ambiente que puedes usar en tu jardín: insecticidas y fungicidas naturales

Capturador de microorganismos efectivos 

Este fungicida sirve para mejorar la calidad de la tierra, tiene propiedades varias como eliminación de insectos, favorece la elaboración del compostaje, nutre el suelo, etc. Tan solo necesitas un tarro o bote de plástico, arroz y alguna tela o malla. Con eso podrás crear un biofertilizante casero que mejora la eficiencia de la materia en descomposición o la resistencia de las plantas a plagas y enfermedades. Haz clic aquí para conocer el procedimiento y todos los beneficios.

Bacillus thuringiensis

Es una bacteria gram-positiva aerobia que se encuentra de forma natural en el suelo y las plantas. Se usa como insecticida contra larvas de lepidópteros (mariposas y polillas), dípteros (moscas, mosquitos, tábanos, etc.) y coleópteros (escarabajos, gorgojos, etc.).  Su gran ventaja es que es inocuo para el entorno (tanto para sistemas acuáticos como terrestres). La desventaja, es que un mal uso o abuso genera resistencia y hay que aplicarlo más a menudo. 

Recomendado para el control del arañuelo de los frutales, los arrolladores de las hojas, los gusanos grises y rosquillas, taladros, procesionaria y orugas defoliadoras de frutales, hortalizas, coníferas, etc.

Ginkgo Biloba

Este árbol procedente del continente asiático tiene multitud de beneficios tanto para la agricultura como para la salud humana. Utilizando sus hojas de forma adecuada, puede actuar como pesticida natural. Solo tienes que hervir hojas de Ginkgo Biloba, y con la infusión resultante, rociar las plantas para evitar los insectos.

Otros plaguicidas caseros

Hay multitud de productos que nos permiten crear nuestros plaguicidas caseros. Algunos de ellos los tenemos en casa y otros son fáciles de encontrar: vinagre, ajo, cola de caballo, ortiga… Generalmente son fáciles de preparar. Aquí te dejamos varias opciones de plaguicidas caseros para que elijas.  

Uso de plantas aromáticas

Además de su uso como insecticidas naturales sirven para utilizarlas frescas en cualquier momento en la cocina.

  • Albahaca (Ocimum bacilicum). Ahuyenta moscas y mosquitos. En la huerta se puede plantar junto al tomate para repeler los insectos que lo atacan.
  • Cebolleta (Allium schoenoprasum). Esta planta aromática sirve para ahuyentar pulgones.
  • Eneldo (Enethum graveolens). Atrae insectos beneficiosos que se alimentan de las larvas de insectos dañinos.
  • Mejorana (Majorana hortensis). La mejorana atrae mariposas y abejas útiles para la polinización de frutales. También es muy útil para el control de plagas.
  • Menta (Mentha piperita). Ahuyenta pulgones y otros insectos dañinos.
  • Tomillo rojo (Thymus zygis). Actúa previniendo la aparición de hongos y bacterias y también como fungicida. Muy recomendado para plataneras y bananos, cultivos ornamentales, frutales y hortalizas. Además, atrae insectos polinizadores.

El ecobricolaje es la clave de una buena relación con nuestras plantas

La gama de actividades bricoleras es muy amplia: desde fabricar tus propias macetas con materiales reciclados a embarcarte en la construcción de un invernadero  o un terrario. 

Y si estás en modo hacer cosas caseras siempre puedes preparar tu propio compost o tu propio humus de lombriz. Siempre puedes buscar empresas como Compostadores, si quieres algo más profesional.